2-Equilibra tu ordenador gaming en la Placa base
Cómo equilibrar adecuadamente tus componentes
Montar un ordenador para juegos de calidad no es tan sencillo como comprar la CPU o la GPU más cara. Una instalación de hardware de carácter integral y equilibrado es el factor decisivo para que la experiencia de usuario sea la ideal.
Un ordenador “equilibrado” es uno en el que el hardware está preparado para las cargas de trabajo que manejará la máquina, por ejemplo, los videojuegos, y debe diseñarse para evitar cuellos de botella.
Con un ordenador debidamente equilibrado, los componentes lograrán alcanzar el nivel de rendimiento para el que fueron diseñados, sin ningún componente (o conjunto de ellos) infrautilizado ni sobreutilizado de forma desproporcionada. Esto dará lugar a una mejor experiencia de juego y una mejor experiencia de usuario en general.
Todos los ordenadores deberían estar debidamente equilibrados, pero aquí nos centraremos principalmente en el hardware de un sistema diseñado para los videojuegos. Muchas de las sugerencias se referirán también a otros sistemas.
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¿Qué es un cuello de botella en un ordenador?
En el contexto de un PC, un cuello de botella hace referencia a un componente que limita el potencial del resto del hardware, debido a las diferencias en las capacidades máximas de ambos componentes.
Un cuello de botella no está necesariamente provocado por la calidad o la antigüedad de los componentes, sino por su rendimiento. Los cuellos de botella no se limitan únicamente a los sistemas de gama alta, puesto que el equilibrio es un factor igualmente importante en sistemas con un hardware más básico.
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La GPU o VG es la encargada de realizar todos los cálculos complejos junto con el procesador, que nos permiten disfrutar de nuestros juegos en pantalla a tiempo real, bien mediante un ordenador o video consola.
Otro de sus usos principales usos actuales es el minado de criptomonedas lo que hace que el mercado tenga un cuello de botella al no poder suministrar sobre todo en la gama alta todas las gráficas necesarias
Encontrar una CPU y una GPU compatibles
Los cuellos de botella no ocurren en exclusiva en la CPU y la GPU, pero la interacción entre ambos componentes ilustra a la perfección cómo puede afectar un cuello de botella a un sistema.
La unidad central de procesamiento (CPU) es la responsable del cálculo de operaciones como la física, el audio, netcode, los datos de posición y muchos otros sistemas en los juegos para PC más modernos. También envía instrucciones de representación a la unidad de procesamiento gráfico (GPU).
Estas instrucciones de la CPU contienen todo lo que necesita la GPU para saber qué representar, incluidas sombras, texturas y otros datos visuales. A continuación la GPU los ejecuta, lo que da lugar a la imagen que ves en pantalla. Si la GPU representa estas instrucciones más rápido que la CPU pueda proporcionarlas, la GPU permanecerá inactiva hasta que esté listo el siguiente conjunto de instrucciones.
Esto significa que la GPU no estará funcionando al máximo rendimiento, lo cual puede dar lugar a la representación de un menor número de fotogramas por segundo. En este tipo de cuello de botella, el nivel de rendimiento de la GPU se ve restringido por las limitaciones de la CPU.
Lo mismo puede suceder a la inversa. Si una CPU potente envía instrucciones a la GPU más rápido de lo que la GPU puede renderizar, las capacidades de la CPU están siendo limitadas por las velocidades más lentas de la GPU. El sistema funciona mejor con una CPU y una GPU que estén más equilibradas en cuanto a capacidad de rendimiento.
Pero, como ya hemos dicho, casi cualquier hardware puede contribuir a un cuello de botella, no solo la CPU y la GPU. Lo ideal sería que el hardware del sistema funcionara alcanzando en la mayoría de los casos el máximo rendimiento posible, y que un eslabón de la cadena de hardware no tuviera una repercusión perjudicial en el resto de eslabones.
Diseñar un ordenador gaming equilibrado
Cuando se planifica una nueva construcción, debes tener en cuenta no solamente el tipo de videojuegos a los que vas a jugar y sus requisitos de hardware, sino también saber cómo puede afectar cada componente de hardware a los demás.
CPU
Cuando se planifica una nueva construcción, debes tener en cuenta no solamente el tipo de videojuegos a los que vas a jugar y sus requisitos de hardware, sino también saber cómo puede afectar cada componente de hardware a los demás.
Aunque los videojuegos se optimizan de formas diferentes y algunos dependen más de la CPU que otros, un procesador de alto rendimiento es esencial para una experiencia de juego ideal, y es un buen punto de partida para planificar un nuevo diseño.
Las necesidades de hardware de alguien que juega a un título que hace uso intensivo de la CPU al tiempo que transmite serán diferentes de las de un jugador ocasional, que juega a videojuegos que hacen un uso menos intensivo del hardware. Piensa en qué se ajusta más estrechamente a la forma en que utilizas tu ordenador
Después de elegir la CPU adecuada para tu sistema, lo siguiente que debes tener en cuenta es qué GPU vas a emparejarle para lograr un diseño equilibrado
GPU
Al igual que con la CPU, elegir la GPU adecuada dependerá de los videojuegos a los que juegues y la forma en que planeas usar el sistema.
La mayoría de los videojuegos de ordenador proporcionan una amplia gama de opciones de gráficos que te permiten personalizar tu experiencia. Esto significa que a menudo podrás experimentar videojuegos más recientes con una GPU más antigua o de nivel más básico, aunque puede que se presenten ciertos problemas de rendimiento, así como un determinado impacto en el aspecto general y la experiencia.
Si una de tus prioridades es disfrutar de una resolución más alta, una GPU de gama alta sea probablemente la opción que mejor se adapte a tus necesidades. Si una experiencia de videojuegos a 1080p es suficiente para ti, tus opciones aumentan considerablemente.
RAM
La RAM no suele ser el motivo de un cuello de botella al jugar a videojuegos, a menos que no dispongas de la suficiente. Para los videojuegos más modernos, 8 GB de RAM es una buena referencia, aunque los 16 GB se están convirtiendo en el estándar rápidamente. También depende de cómo se utilice el ordenador; si solamente juegas a un videojuego necesitarás menos memoria RAM que si también estás charlando en Discord o transmitiendo vídeo mientras juegas.
Generalmente, cuando se trata de videojuegos, la velocidad es menos importante que la cantidad. La idea es otra vez el equilibrio, así que 16 GB de una RAM muy lenta no es lo ideal. No obstante, siempre que adquieras una memoria moderna, 16 GB de RAM DDR4 son preferibles a 8 GB de DDR4 con una velocidad ligeramente más alta.
HDD -M2-SSD
El almacenamiento puede provocar cuellos de botella que afecten al rendimiento de los videojuegos, así como a la experiencia de usuario general del sistema. No afectará necesariamente a los ajustes gráficos, pero si utilizas una unidad de disco duro antigua (HDD), por ejemplo, podrías experimentar un tiempo de carga más largo o intermitencias durante la carga de videojuegos.
La solución más sencilla consiste en actualizar a una unidad de estado sólido (SSD), que permite un acceso a los datos mucho más rápido que un disco duro tradicional. La memoria Intel® Optane™ también puede aumentar la velocidad de acceso al disco duro mediante el almacenamiento en caché de los archivos más comúnmente utilizados del sistema para acceder a ellos con más rapidez, lo cual puede mejorar el rendimiento incluso si aún no estás listo para sustituir tu HDD.
MONITOR
La pantalla puede también actuar como un cuello de botella. No podrás sacar el máximo provecho del hardware para videojuegos más reciente si usas una pantalla de 1080p y 60 Hz.
Si buscas una mayor resolución o una frecuencia de fotogramas más elevada, deberás asegurarte de invertir en una pantalla que pueda mostrar correctamente estas características, junto con una equilibrada combinación de CPU y GPU capaz de poder representarlas.
Otro hardware
La CPU, la GPU, la RAM, el almacenamiento y la pantalla son los elementos que tienen mayor impacto en el rendimiento para videojuegos, pero también hay que tener en cuenta otros componentes para conseguir un sistema equilibrado.
Hay que evaluar cada elemento de hardware en el contexto de cómo funciona con el resto del sistema para así cultivar una experiencia más equilibrada.
Por ejemplo, la fuente de alimentación puede que no influya directamente en las tasas de fotogramas, pero una unidad de alimentación (PSU, por sus siglas en inglés) mal emparejada puede suponer un riesgo para la longevidad del sistema.
Del mismo modo, una placa base probablemente no afecte a la experiencia de juego, pero puede limitar las opciones de hardware, complicar las futuras actualizaciones e influir en algunas características de calidad de vida como la conectividad de red y el sonido.
Cómo equilibrar tu configuración
Una de las ventajas de los ordenadores ya montados es que normalmente están diseñados para ser equilibrados. Si vas a crear o actualizar tu propio sistema, quizá quieras comprar hardware que no sea solo compatible sino complementario desde una perspectiva de rendimiento.
Piensa en la mejor forma de gastar tu presupuesto. Buscas los componentes de mayor calidad, pero también quieres dar prioridad a tus necesidades. Por ejemplo, si quieres disfrutar de una experiencia de mayor resolución lo ideal es dividir tu presupuesto para darle cabida a una pantalla de mayor resolución y una tarjeta gráfica de gama alta.
Por otra parte, si juegas a videojuegos de disparos rápidos en primera persona como Call of Duty: Warzone o VALORANT, cobra sentido dar prioridad a una velocidad de fotogramas alta con la CPU para videojuegos adecuada y una pantalla de mayor frecuencia de refresco.
Encontrar el equilibrio adecuado para tu ordenador
Lo que buscas en un ordenador para videojuegos es único para tus necesidades, pero sea cual sea el hardware que elijas, asegurarte de que está debidamente equilibrado te ofrecerá una mejor experiencia. Al construir tu ordenador ten en cuenta que más adelante siempre podrás actualizarlo. Es preferible tener un sistema equilibrado que puedas actualizar en lugar de un componente muy potente en un sistema que quede desfasado.
Una construcción equilibrada va mucho más allá de garantizar una mejor experiencia de videojuegos. También consiste en montar un sistema que funcione de forma óptima, independientemente de cómo se utilice. Tanto si juegas como si desarrollas, dar prioridad a un hardware equilibrado dará lugar a una mejor experiencia global.
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