MONTANDO TU ORDENADOR GAMING PIEZA A PIEZA y 3 (2)
.- Cómo el calor puede afectar al rendimiento
El calor es una consecuencia inevitable derivada del funcionamiento del hardware, pero demasiado calor puede provocar una ralentización general del sistema.
Si, por ejemplo, la temperatura de la CPU es demasiado alta, se desencadenará un mecanismo que reduce el rendimiento para evitar que se dañe el procesador. Según Mark Gallina, arquitecto mecánico y de sistemas térmicos de Intel, “las CPU Intel® tienen características de gestión térmica muy sólidas que ajustan rápidamente las frecuencias de funcionamiento para reducir la potencia cuando la solución de refrigeración del sistema no es suficiente”.
Este mecanismo de seguridad, a veces conocido como escalado de frecuencia dinámico, es útil en la medida en que protege al procesador de posibles daños. No obstante, esta protección se traduce en un coste de rendimiento cuando se activa. Una opción mejor es, para empezar, mantener la CPU lo suficientemente refrigerada como para que el mecanismo no actúe.
Muchos portátiles que usan los procesadores Intel® Core™ más recientes usan una característica denominada Intel® Dynamic Tuning Technology. Este proceso utiliza inteligencia artificial para predecir las cargas de trabajo, y puede aumentar o disminuir el rendimiento de la CPU según sea necesario para adaptarse a esos flujos de trabajo. Todo esto lo hace automáticamente el equipo, sin necesidad de ningún ajuste manual por parte del usuario.
Los usuarios tienen cierto control sobre el rendimiento del procesador a través del overclocking1 o del underclocking. Al modificar el voltaje disponible para la CPU, bien sea a través de la BIOS o con un software de overclocking, se puede aumentar o disminuir la velocidad del procesador y, con ello, la cantidad de calor generada. El overclocking tiene como objeto aumentar el rendimiento, pero en aquellos casos en los que un menor consumo de energía o una temperatura inferior sean la auténtica prioridad, el underclocking también puede ser una solución que vale la pena explorar.
.- Cómo el calor puede afectar al rendimiento
El calor es una consecuencia inevitable derivada del funcionamiento del hardware, pero demasiado calor puede provocar una ralentización general del sistema.
Si, por ejemplo, la temperatura de la CPU es demasiado alta, se desencadenará un mecanismo que reduce el rendimiento para evitar que se dañe el procesador. Según Mark Gallina, arquitecto mecánico y de sistemas térmicos de Intel, “las CPU Intel® tienen características de gestión térmica muy sólidas que ajustan rápidamente las frecuencias de funcionamiento para reducir la potencia cuando la solución de refrigeración del sistema no es suficiente”.
Este mecanismo de seguridad, a veces conocido como escalado de frecuencia dinámico, es útil en la medida en que protege al procesador de posibles daños. No obstante, esta protección se traduce en un coste de rendimiento cuando se activa. Una opción mejor es, para empezar, mantener la CPU lo suficientemente refrigerada como para que el mecanismo no actúe.
Muchos portátiles que usan los procesadores Intel® Core™ más recientes usan una característica denominada Intel® Dynamic Tuning Technology. Este proceso utiliza inteligencia artificial para predecir las cargas de trabajo, y puede aumentar o disminuir el rendimiento de la CPU según sea necesario para adaptarse a esos flujos de trabajo. Todo esto lo hace automáticamente el equipo, sin necesidad de ningún ajuste manual por parte del usuario.
Los usuarios tienen cierto control sobre el rendimiento del procesador a través del overclocking1 o del underclocking. Al modificar el voltaje disponible para la CPU, bien sea a través de la BIOS o con un software de overclocking, se puede aumentar o disminuir la velocidad del procesador y, con ello, la cantidad de calor generada. El overclocking tiene como objeto aumentar el rendimiento, pero en aquellos casos en los que un menor consumo de energía o una temperatura inferior sean la auténtica prioridad, el underclocking también puede ser una solución que vale la pena explorar.
.- Cómo el calor puede afectar al rendimiento
El calor es una consecuencia inevitable derivada del funcionamiento del hardware, pero demasiado calor puede provocar una ralentización general del sistema.
Si, por ejemplo, la temperatura de la CPU es demasiado alta, se desencadenará un mecanismo que reduce el rendimiento para evitar que se dañe el procesador. Según Mark Gallina, arquitecto mecánico y de sistemas térmicos de Intel, “las CPU Intel® tienen características de gestión térmica muy sólidas que ajustan rápidamente las frecuencias de funcionamiento para reducir la potencia cuando la solución de refrigeración del sistema no es suficiente”.
Este mecanismo de seguridad, a veces conocido como escalado de frecuencia dinámico, es útil en la medida en que protege al procesador de posibles daños. No obstante, esta protección se traduce en un coste de rendimiento cuando se activa. Una opción mejor es, para empezar, mantener la CPU lo suficientemente refrigerada como para que el mecanismo no actúe.
Muchos portátiles que usan los procesadores Intel® Core™ más recientes usan una característica denominada Intel® Dynamic Tuning Technology. Este proceso utiliza inteligencia artificial para predecir las cargas de trabajo, y puede aumentar o disminuir el rendimiento de la CPU según sea necesario para adaptarse a esos flujos de trabajo. Todo esto lo hace automáticamente el equipo, sin necesidad de ningún ajuste manual por parte del usuario.
Los usuarios tienen cierto control sobre el rendimiento del procesador a través del overclocking1 o del underclocking. Al modificar el voltaje disponible para la CPU, bien sea a través de la BIOS o con un software de overclocking, se puede aumentar o disminuir la velocidad del procesador y, con ello, la cantidad de calor generada. El overclocking tiene como objeto aumentar el rendimiento, pero en aquellos casos en los que un menor consumo de energía o una temperatura inferior sean la auténtica prioridad, el underclocking también puede ser una solución que vale la pena explorar.
.- Cómo el calor puede afectar al rendimiento
El calor es una consecuencia inevitable derivada del funcionamiento del hardware, pero demasiado calor puede provocar una ralentización general del sistema.
Si, por ejemplo, la temperatura de la CPU es demasiado alta, se desencadenará un mecanismo que reduce el rendimiento para evitar que se dañe el procesador. Según Mark Gallina, arquitecto mecánico y de sistemas térmicos de Intel, “las CPU Intel® tienen características de gestión térmica muy sólidas que ajustan rápidamente las frecuencias de funcionamiento para reducir la potencia cuando la solución de refrigeración del sistema no es suficiente”.
Este mecanismo de seguridad, a veces conocido como escalado de frecuencia dinámico, es útil en la medida en que protege al procesador de posibles daños. No obstante, esta protección se traduce en un coste de rendimiento cuando se activa. Una opción mejor es, para empezar, mantener la CPU lo suficientemente refrigerada como para que el mecanismo no actúe.
Muchos portátiles que usan los procesadores Intel® Core™ más recientes usan una característica denominada Intel® Dynamic Tuning Technology. Este proceso utiliza inteligencia artificial para predecir las cargas de trabajo, y puede aumentar o disminuir el rendimiento de la CPU según sea necesario para adaptarse a esos flujos de trabajo. Todo esto lo hace automáticamente el equipo, sin necesidad de ningún ajuste manual por parte del usuario.
Los usuarios tienen cierto control sobre el rendimiento del procesador a través del overclocking1 o del underclocking. Al modificar el voltaje disponible para la CPU, bien sea a través de la BIOS o con un software de overclocking, se puede aumentar o disminuir la velocidad del procesador y, con ello, la cantidad de calor generada. El overclocking tiene como objeto aumentar el rendimiento, pero en aquellos casos en los que un menor consumo de energía o una temperatura inferior sean la auténtica prioridad, el underclocking también puede ser una solución que vale la pena explorar.